Después de
casi un año, pensándote, te vuelvo a encontrar, intacto, para llenarte de
palabras, algunas sabias, otras más impulsivas.
¿Por qué paso
tanto tiempo?... es una pregunta que nos hacemos en muchas situaciones de la vida,
pocas veces tiene respuesta. Podría decir que el foco estuvo en otros sitios,
en el amor, en algunas preocupaciones, en viajes, en trabajo, en enfermedades,
en el día a día… supongo.
Hoy tomo
algunos bocetos de escritos y les doy forma, para quienes lo lean. Estos son
reflejos de aquellos momentos y experiencias que obvie contarles hasta hoy. Respuestas
a muchas preguntas que me hicieron y titubee en contestar, porque hacerlo era
explayarme demasiado.
¡Aquí les
vas! (Expresión mexicana)
ENTRE
TIEMPOS… Apreciaciones SUBjetivas – Abril/Junio 2013
Nueva gente,
nuevos hogares, nuevas costumbres, los típicos puestos de comida mexicana,
tacos, quesadillas, frutas… readaptación. A diferencia de los otros lugares de México
en los que viví aquí pude conocer más a los mexicanos.
Para mi DF
no fue, ni es, el monstruo de la inseguridad y el caos que se dice que es. La
inseguridad se evita si uno sabe por dónde moverse, que cosas no consumir, y
con quien no meterse. Para evitar el tráfico simplemente se puede recurrir al
metro, es económico, se viaja bastante apretado en hora pico, pero llegas rápidamente
a cualquier lugar de la ciudad, tampoco se pueden tener tantas pretensiones,
¿no?. No muchas personas en la ciudad de México recomiendan usar taxis de la
calle, tienen fama de ser partícipes de secuestros, robos y violaciones, se
recomienda tratar de evitarlos. Existen taxis de sitios y taxis que se pueden
pedir vía telefónica, más seguros, pero también más caros. De cualquier manera,
sea el taxi que sea debes llevar un GPS contigo porque la mayoría de los
taxistas nunca saben cómo llegar a los
lugares, pero si saben cuáles son las zonas de más tráfico.
En el DF, al
igual que en la mayoría de las ciudades más grandes, el tiempo es dinero, y uno
encuentra que hacer con cada hora de su día, ya sea trabajo, u ocio. Puedes
recorrer parques, museo, teatros, exposiciones, bares, si te alejas un poco de
la ciudad tienes pueblos con paisajes hermosos para visitar, siempre hay algo
que puedes hacer para no aburrirte.
Cosas que me
llamaron la atención en la ciudad, que no veía tanto en Argentina, son las
relaciones; irónicamente a México se lo reconoce como un país característicamente
religioso y machista, en muchas Colonias (Localidades, en Argentina),
especialmente en la “Zona Rosa”, Colonia Juarez, se puede apreciar grandes números
de parejas homosexuales, y la aceptación de la diversidad por parte de la
sociedad, en su mayoría, es buena. Los Mexicanos, homosexuales o
heterosexuales, son muy demostrativos en pareja, no tienen pudor de mostrarse besándose
apasionadamente en la calle, claramente no le hacen mal a nadie, pero son
situaciones comunes que remarco, se pueden ver todo el tiempo en cualquier
lugar si uno presta atención a su alrededor. También se pueden ver hombres
grandes de dinero, con jóvenes veinteañeras, hermosas, mexicanas o extranjeras.
El DF, y otras ciudades de México resultan muchas veces superficial,
negativamente, gran parte de los mexicanos creen que lo de “Afuera” es mejor.
Si eres, en su juicio, “estéticamente bello” puedes obtener beneficios, muy
buenas propuestas laborales, comidas gratis en restaurantes, membresías gratuitas
en gimnasios, y hasta servicios médicos gratuitos a cambio de publicidad. Siempre
con cuidado, no faltan las propuestas indiscretas, de hombres a mujeres, de
hombres a hombres, y mujeres a mujeres también, la realidad es que hay mercado
para todo y cada uno opta por sus preferencias. La ciudad es grande y diversa,
y si uno quiere aislarse de esto, puede hacerlo fácilmente.
El mexicano
tiene un gran valor cultural, muchísimos recursos para crecer, son buenas
personas en su mayoría, predispuestas siempre a ayudar y brindarte lo que
necesites con una gran calidad humana, amabilidad y humildad. Yo les tengo un
gran y profundo aprecio, y en mi opinión, deberían levantar su rostro, creer
realmente que pueden hacer cualquier cosa que se propongan, y ubicar en su
lugar a cualquier mexicano o extranjero que desee ponerlos por debajo. El que
valoren a su país por encima de otros, es el comienzo para aprender a valorarse
a si mismos.
CANCUN POR
AMOR, DENGUE POR MOSQUITO – Julio/Septiembre 2013
Llega una
instancia del viaje en que se necesita la conexión con uno mismo, para
desenmarañar cuales son las cosas que se quieren, que lo llenan y que lo hacen
feliz.
En mi caso
fue una persona, podría haber seguido en DF ganando dinero, podría haber
continuado mi viaje hacia otro lugar, muchos eran los “podrían”, pero mi corazón
receloso y orgulloso fue vulnerable al amor y me mostro que había algo dentro
de él que no podía silenciar fácilmente… el amor. Tome mi mochila nuevamente,
di una vuelta olímpica por México y Guatemala para renovar mi visa, y allí estaba,
nuevamente en Cancún, con él.
Amor, risas,
proyectos, vida sana, relajada, algo de trabajo en promociones y publicidad (es
lo que hago en México por el momento, básicamente), otro poco de naturaleza,
todo eso me rodeaba y…
“El mosquito
dengoso”, mejor conocido como “Aedes aegypti”. Contraje el virus del dengue más fuerte, el hemorrágico,
es mortal si no se lo trata a tiempo, disminuye las plaquetas y glóbulos
blancos del cuerpo, llegando a producir hemorragias internas y externas. Los
primeros síntomas son malestares gripales, fiebre alta, dolor de cabeza, por lo
que es común tomar un “ibuprofeno” para calmarlos. En ese momento comprendí la
importancia de no auto-medicarse, el ibuprofeno, al igual que muchos
medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, aumentan el riesgo de sangramiento e
interfieren el proceso de acción plaquetaria, que es el mecanismo indispensable
para detener la hemorragia. El ibuprofeno podría haberme matado, uno nunca
escucha a los médicos hasta que contrae una enfermedad como esta y se encuentra
googleando todo lo que pueda acerca de la misma.
En lugares
tropicales como el caribe mexicano es normal contraerlo, al igual que la “salmonela”.
El dengue no tiene cura, no hay vacunas, ni medicamentos, el tratamiento es “cambiar
los líquidos del cuerpo”, ingerir grandes cantidades diarias de “suero”, solo
eso.
Después de
tres semanas, y muchos litros de suero bebible estuve recuperada para visitar
mi amada ARGENTINA…
Aldy Malén
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