En Marzo volví a Argentina a visitar a mi familia y amigos,
esta segunda visita los disfrute mucho más y el irme me resulto más difícil. Hay
momentos en la vida en los que todo se paraliza, todo queda levitando,
observando objetivamente cual es el próximo camino a seguir. Así quede luego de
ese viaje, hoy es uno de esos momentos para mí, en el que el planteo es, si hay
cosas que no me gustan, solo yo tengo el poder de cambiarlas, si no lo hago,
quedarme en la queja es mi elección.
Lo que estaba haciendo, si bien me daba el dinero que
necesitaba para viajar, no me dejaba ninguna enseñanza, era un trabajo frívolo,
fácil, y superficial, la gente no tenía nada que ver conmigo. Opte por
conseguir un trabajo en el que me sintiera con desafíos por delante. Hoy estoy
tomando fotografías en un hotel de Cancún, México. Una de las cosas que amo, tomar
fotos, captar esos momentos en los que una sonrisa es espontánea porque se ve a
la persona que se ama, porque a su hijo feliz. Una lágrima de emoción, un juego
que conecta a las personas y las hace olvidar de cualquier preocupación. Dejar
plasmado ese momento en una imagen y que la gente se emocione al verla me llena
el alma. Me desafío, cada día aprendo más, conozco gente nueva, veo el mar
todos los días… lo que gane o deje de ganar depende de mí, estoy feliz porque
el ir a trabajar no me es un esfuerzo y lo hago con entusiasmo, el día se pasa rapidísimo.
Las personas de las que me rodeaba pocas veces me dejaban
algo bueno, al igual que las redes sociales. Decidí alejarme por completo de
todo eso y solo conectarme con las cosas y personas reales y diferentes que conocí
en este viaje, y claro, también seguir en contacto con mi gente de toda la
vida, los que siempre están en las buenas y en las malas, esas personas con las
que uno puede hablar de sentimientos, de miedos, y te entienden y pueden
consolarte. De esas personas que entienden a los seres humanos como personas, y
no como objetos desechables.Esas personas que hoy son como yo, extraterrestres.
Que son juzgadas por una gran parte de la sociedad por no seguir la corriente,
por hacer las cosas de manera diferente.
Lamentablemente, hoy, actuar bien, con valores, con sentimientos,
con el corazón, es de perdedores, de aburridos. No tener miles de amigos es de
antisocial, pero mantener una relación, una amistad, una familia tratando de
ser felices y de no lastimar los sentimientos de nadie es algo pasado de moda
en la era de lo fácil, lo accesible, ¿Por qué esforzarnos por mantener algo con
una persona si puedo tener una por día? ¿Por qué voy a involucrar sentimientos
si puedo ignorarlos y evitar salir lastimado? ¿Por qué voy a querer conectarme
con mi ser interior si eso puede traerme preocupaciones? ¡mejor tomo algo que
me anestesie y me olvido de que hay un alma conmigo!
Contrario a lo que el normal de la gente piensa, ser un extraterrestre
no es nada fácil. Hay una forma muy simple de entender a lo que me refiero, y está
al alcance de la vista de todos. En “Los Simpson” la serie animada más famosa
impone a Bart como el “rebelde”. La realidad es que Bart no hace más que seguir
a la sociedad, a lo que el común de la gente hace. El ser popular lo relaciona con
una actitud más agresiva, el no estudiar, el no obedecer, llevado a una pubertad
común, y, en la adolescencia usar drogas, vivir de fiesta… lo que hace la
mayoría. Bart no es el rebelde, no es más que un pobre chico que no entiende
que es lo que debe hacer, que no sabe si actuar como el padre o como la madre,
que tiene poca personalidad y es influenciable por el entorno. Cuando Bart está
mal y necesita ayuda, o un consejo, a la única persona que recurre es a Lisa.
Lisa, ella es la verdadera rebelde, víctima de todas las críticas de su
familia, de sus profesores, de sus vecinos, ella solo encuentra algo de
consuelo en su madre y en las pocas personas diferentes que va conociendo. Es
criticada por ser vegetariana, por ser inteligente, por ser solidaria, por
proteger al medio ambiente y por innumerables cosas más, cuando la realidad es
que todo lo que hace es por convicción, no le hace mal a nadie, al contrario,
solo hace el bien y siempre sigue a su corazón. Cuando no lo hace (a causa de
influencias externas) se siente muy mal con ella misma.
Ellos son los verdaderos rebeldes “encubiertos”, los
“nerds”, los “Lisa”, los “extraterrestres” o como quieran llamarlos. El fin de esta reflexión es mostrarle a esa gente que se
siente diferente, que no son los únicos, que hay personas iguales que van a ir
llegando a sus vidas. Tienen que quedarse con esas personitas hermosas que
dejan enseñanzas y algo lindo siempre, y no paralizarse delante de quienes los
hagan sentir menos y les dejen sensaciones negativas. No flaqueen en su vida, porque solo de
nosotros depende estar donde tenemos que estar. Mientras se tenga la convicción
de que lo que se hace es lo correcto y solo se hace el bien, nada de lo que
puedan decirles los va a afectar.
Pueden ser excluidos y lastimados por muchas personas, pero
tienen que tener la certeza de que también hay gente como uno, que ama vivir,
que sueña y se juega por lo que siente y piensa, y eso trae paz y mantiene la
fe y la confianza entre las personas. Mucha gente no tiene fortaleza y se
quedan con lo más simple, seguir al cardumen, el trabajo de ser extraterrestre
no es para todos, y eso debemos tenerlo muy en claro para comprender y no
juzgar.
En fin, hoy solo estoy conmigo misma, y si me preguntan cómo
voy a seguir, solo puedo decirles que creo que México está cumpliendo su ciclo
y hay muchas opciones y sueños en mi cabecita… EEUU, Alaska, Costa Rica, Nueva
Zelanda, Australia, Europa… ¡muchos caminos! ¿Cuál voy a tomar? ¡esa decisión se
la dejo a mi intuición, a mi corazón, al tiempo y al destino!
¡Sean ustedes mismos, nada es imposible!
Aldy
¡Gracias mis extraterrestres!
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